La Soberanía Energética Amenaza la Economía - El Financiero

Recientemente en una de sus conferencias diarias conocidas como “mañaneras” el presidente dejó en claro el deseo de que Pemex desarrolle por sí solo el campo petrolero Zama. Sin importar que hay otras tres empresas incluyendo a Talos Energy, (el principal operador), que ganaron la licitación del bloque 7 dentro del campo Zama en el 2015 en la ronda uno. Este mensaje agrega una nueva capa de riesgo para el futuro de la participación privada en el sector energético, erosionando la poca esperanza que se tenía.

Octavio Romero Oropeza, director General de Pemex, argumenta sin tener estudios de exploración, que la empresa productiva del estado tiene la mayor parte del yacimiento del campo Zama, el cual tiene estimaciones de 670 a 1.01 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, mientras, que Talos Energy basándose en una evaluación independiente realizada por la empresa Netherland, Sewell & Associates, Inc afirma que le corresponden el 60% del yacimiento de Zama.

Al compartir el yacimiento de Zama, ambas empresas tienen un acuerdo preliminar de unificación para definir cuál de las dos empresas operará el yacimiento petrolero. Sin embargo, Pemex con el respaldo del gobierno quiere desarrollar Zama por sí mismo excluyendo la participación de Talos Energy, sin haber realizado las actividades de exploración. Si no logran llegar a un acuerdo la Secretaría de Energía tiene la capacidad de decidir al operador. Al tener Pemex el apoyo del gobierno, hace que no haya un piso parejo en los proyectos energéticos y se deteriore la legitimidad del acuerdo de unificación establecido en la reforma energética.

El objetivo de Pemex es tener mayor control sobre toda la zona que comprende el campo de Zama incluyendo los pozos de Niquita y Chamak. Estos se ubican en aguas someras de la Provincia Petrolera de las Cuencas del Sureste del Golfo de México con una superficie de 465 km². Zama es de principal interés para esta administración por su cercanía al proyecto emblemático de AMLO, la refinería de Dos Bocas ubicada en Tabasco, que se encuentra en construcción y costará aproximadamente $8,000 millones de dólares.

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Lindsey Medina