¿Debería Pemex asumir todo el riesgo? - El Financiero

 
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Sin embargo, estas estimaciones anunciadas por Romero Oropeza parecen ser demasiado optimistas, ya que mucho depende de que la extracción en el campo Quesqui sea comercialmente viable. A pesar de que el presidente Andres Manuel Lopez Obrador diga que el barril de petróleo en Quesqui costará seis dólares y que hay infraestructura en el área para agilizar el proceso, hay otros factores que se deben tomar en cuenta para saber si realmente son comercialmente recuperables las reservas.

Primero, las reservas 3P anunciadas aún no están confirmadas ni clasificadas por terceros independientes como lo dictamina la CNH. Segundo, existe una probabilidad del 10 por ciento para convertir las reservas 3P a 1P, un proceso de conversión que tarda alrededor de cinco a diez años. Tercero, no se tiene un plan de desarrollo aún. A pesar del reciente descubrimiento de Quesqui difícilmente se vera reflejado en una mayor producción petrolera en este campo, ya que los métodos operacionales de Pemex se encuentran en riesgo principalmente por su estado financiero.

Al querer que Pemex -la compañía petrolera más endeudada del mundo con una deuda de 100 mil millones de dólares- rescate el sector energético por sí sola aumenta el riesgo de incrementar la producción y a su vez agregar más reservas 1P. Las capacidades tecnológicas y recursos financieros de Pemex no son suficientes para cumplir los objetivos de producción de AMLO y a su vez reemplazar las reservas 1P evitando su agotamiento, ya que los niveles de producción son mayores a las adiciones de reservas 1P promedio históricas de Pemex.

Según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), en 2003 cuando Pemex alcanzó un pico en su producción con 3 millones 454 mil barriles de petróleo diario, las reservas 1P eran de 20 mil 77 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce). Este año las reservas 1P se encuentran en alrededor de 7 mil 897.26 millones de barriles de petróleo crudo equivalente. Según Octavio Romero al primero de Diciembre de este año la producción se registró en un millón 712 mil barriles diarios. Las reservas 1P han caído a más de la mitad en ese periodo junto con la producción.

El objetivo de AMLO es incrementar la producción nacional a 2.6 millones de barriles diarios (mmbd) para el año 2024. A pesar de que el Plan de Negocios de Pemex contempla una mayor inversión en proyectos exploratorios en aguas someras y áreas terrestres, de acuerdo con datos de la CNH aun quedan 3 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente de las reservas totales sin licitar lo que representa una oportunidad perdida para agregar mayores reservas 1P.

Un reporte escrito por Rafael Sandrea del Energy Policy Research Foundation un think tank basado en Washington DC estima que durante el periodo 2018-2024, el sector privado invertirá unos 14 mil millones de dólares en actividades de exploración y desarrollo asociadas con los proyectos adjudicados hasta la fecha. Mientras que La Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi) estima que la nación podría haber recibido 104 mil millones de dólares adicionales en inversiones en el sector energético hasta el 2040 si el gobierno no hubiera interrumpido las rondas de petróleo.

Si AMLO de verdad quiere impulsar el desarrollo de México a través del sector energético debe de reactivar los farmouts y rondas petroleras, para así dejar que empresas privadas compartan el riesgo y sus mejores prácticas operativas con Pemex, dejando a la empresa estatal en una mejor posición para cumplir sus metas de producción a través de la producción en campos terrestres como Quesqui, sin arriesgar el agotamiento de reservas 1P y las finanzas públicas de México.

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Lindsey Medina