La diferencia entre Biden y AMLO: Política energética 
- El Financiero

66f8c984971562360442_standard_desktop_fullhd.jpeg

La victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de EU cambiará hasta cierto grado (dependiendo de los límites que imponga el senado que tendrá, seguramente, mayoría republicana) la política energética y ambientalista de Estados Unidos. Sin embargo, no tendrá mayor influencia en la de México mientras esté AMLO en el palacio nacional. 

Al norte de la frontera Biden plantea que la industria del petróleo contamina significativamente y quiere alejarse del crudo, con el objetivo de transitar a fuentes de energía renovables, mientras que al sur de la frontera, el presidente de nuestro país sostiene que la energía renovable es un sofisma, y al mismo tiempo inyecta más combustóleo de Pemex a las plantas de generación de la CFE con el objetivo de 'fortalecer' a ambas empresas nacionales. La agenda ambiental y energética de ambos países norteamericanos está encaminada a ser cada vez más disímil con la victoria de Biden.

Durante los últimos cuatro años, Trump ha priorizado la independencia energética, el uso y producción de combustibles fósiles, con un enfoque nacionalista similar al de López Obrador. Ambos presidentes, sin duda, comparten la misma visión en su agenda ambiental y energética y están conscientes de la importancia y papel que ocupa el sector energético para influenciar la opinión pública de su base y fortalecer su capital político. 

Biden, a diferencia de quien será su predecesor, tiene una visión global del sector energético que favorece la integración de los mercados internacionales. A su vez, tiene como prioridad en su agenda el aumentar la capacidad de energía renovable en la matriz energética americana y descarbonizar sectores como el eléctrico, poniendo la agenda climática como rectora de la política en la materia energética. 

Las reñidas elecciones de esta semana, para la fortuna de la industria petrolera, no le concedieron la mayoría del Senado a Biden. Por lo que sus planes ambiciosos de lograr una economía 100 por ciento de energía limpia y emisiones netas cero a más tardar en 2050, se pueden ver detenidos. Al igual que su objetivo de imponer impuestos a las empresas de petróleo y gas, e incrementar incentivos fiscales para la adquisición de vehículos eléctricos.

Biden cambiará el tono y la retórica de la política energética de EU y Norte America al posicionar a EU nuevamente como líder mundial en la lucha contra el cambio climático. Esto podría debilitar la postura de AMLO en rechazo de las energías renovables y a favor de los combustibles fósiles. Aislando a México aún más de la comunidad internacional. 

La administración de Biden pondría mayor presión sobre AMLO para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir con sus metas del Acuerdo de París. Al querer aliarse con países que estén tomando acciones para mitigar el cambio climático.

AMLO, a diferencia de Biden, tiene la mayoría en ambas cámaras del Congreso y posiblemente podría revertir la reforma energética logrando sus objetivos políticos. La firme postura de este gobierno en favorecer a Pemex y CFE y priorizar a los combustibles fósiles no cambiará ni por sentido económico ni por Biden. Ya que el objetivo del gobierno es consolidar el poder a través del sector energético.

Después de ver los resultados de las elecciones de EU, AMLO debería repensar su estrategia en materia energética y entender que el mundo ha cambiado y hoy existe un mayor empuje hacia la transición energética. De no hacerlo así, el costo político podría ser alto, más aún el costo para el futuro de México.

Lindsey Medina